lunes, 5 de mayo de 2014

Diferencia entre Narcisismo Saludable y Patológico, y el enfoque de las distintas Escuelas de Pensamiento

Lo que sigue son las definiciones de Sam Vaknin, el autor de " Maligno amor a uno mismo-Narcisismo Revisado"


El Narcisismo Primario en Psicología es definido como un mecanismo de defensa, común en los años formativos (0 a 6 años). Pretende proteger al infante del daño y miedo involucrados en la fase de individuación-separación de su desarrollo personal.

El Narcisismo Patológico o secundario es un patrón de pensamiento y conducta en la adolescencia y adultez, el cual involucra apasionamiento y obsesión por uno mismo hasta el punto de excluir a los otros, a los demás.  Se manifiesta en la persecución crónica de atención y gratificación personal (provisión narcisista), en dominación social y ambición personal, fanfarroneo, insensibilidad hacia los demás, falta de empatía y/o excesiva dependencia hacia otros para cumplir sus responsabilidades en la vida cotidiana y en la manera de pensar. El Narcisismo Patológico está en el centro del Desorden de Personalidad Narcisista (DPN, o NPD, por sus siglas en inglés).

El término narcisismo fue primeramente usado en relación a la psicología humana por Sigmund Freud tomando como ejemplo la figura de Narciso de la mitología griega. Narciso era un apuesto joven griego el cual rechazó los desesperados avances de la ninfa Eco. Como castigo, fue condenado a enamorarse de su propio reflejo en una fuente de agua. Incapaz de consumar su amor, Narciso se sumergió en el agua y se transformó en la flor que lleva su nombre.

Otros importantes psiquiatras que han contribuido a la teoría son Melany Klein, Karen Horney, Heinz Kohut, Otto F. Kernberg, Theodore Millon, Elsa F. Ronningstam, John Gunderson, Robert Hare y Stephen M. Johnson.


Los orígenes del Narcisismo Patológico.

Si el narcisismo patológico es el resultado de la programación genética (ver José López, Anthony Bernis y otros) o de familias disfuncionales y crianza defectuosa o de sociedades anómicas y procesos de socialización disruptivos es todavía un debate no resuelto. La escasez de investigación científica, la nebulosa de los criterios diagnósticos y del diagnóstico diferencial hace improbable que esto pueda ser establecido pronto de una manera u otra.

Ciertas condiciones médicas pueden activar el mecanismo de defensa narcisista. Problemas crónicos pueden ciertamente llevar a la aparición de rasgos narcisistas o a un estilo de personalidad narcisista. Traumas (tales como lesiones en el cerebro) son conocidos por inducir estados mentales similares a un desorden de personalidad propiamente dicho.

Ese "narcisismo", sin embargo, es reversible y tiende a aminorar o desaparecer cuando el problema médico subyacente también lo hace.

El psicoanálisis nos enseña que todos somos narcisistas en una temprana etapa de nuestra vida. Cuando somos criaturas todos sentimos que somos el centro del Universo, el ser más importante, omnipotente y omnisciente. en esa fase de nuestro desarrollo percibimos a nuestros padres como figuras míticas, inmortales y asombrosamente poderosas pero que están ahí solamente para satisfacer nuestras necesidades, protegernos y nutrirnos. Tanto nuestro propio ser como los otros son vistos inmaduramente, como idealizaciones. Esta, en los modelos psicodinámicos, es llamada la fase de narcisismo "primario".

Inevitablemente, los inexorables conflictos de la vida llevan al desencantamiento. Si este proceso es abrupto, inconsistente, impredecible, caprichoso, arbitrario e intenso entonces los daños sufridos por la autoestima del infante son severos y a menudo irreversibles. Más aún, si la crucial ayuda empática de nuestros cuidadores (los Objetos Primarios, por ejemplo, los padres) está ausente nuestro sentido del valor propio y nuestra autoestima en la adultez tenderá a fluctuar entre sobre-valuación (idealización) y devaluación, tanto de nuestro Ser como de otros. Se cree que los adultos narcisistas son el resultado de la amarga decepción, de la radical desilusión hacia los otros significativos en su infancia. Los adultos saludables aceptan de manera realista sus propias limitaciones y hacen frente de manera exitosa a las decepciones, los reveses, errores, críticas y desilusiones. su autoestima y su sentido del valor propio son auto-regulados, constantes y positivos, y no son afectados substancialmente por eventos externos.


Regresión narcisista y la formación del narcisismo secundario

Las investigaciones muestran que cuando un individuo (a cualquier edad) encuentra un obstáculo insuperable para su progresión ordenada de una etapa de su desarrollo personal a otra experimenta una regresión a su fase narcisista infantil, en vez de rodear el obstáculo para lograr superarlo (Gunderson-Ronningstam, 1996).

Mientras se halla en regresión, la persona despliega comportamientos infantiles, inmaduros. Se siente omnipotente, y juzga mal su poder y el de su oponente. Subestima los desafíos que encuentra y pretende ser "El Sr. Sabelotodo". Su sensibilidad hacia las necesidades y emociones de otros y su habilidad para empatizar con ellos se deterioran agudamente. Se vuelve intolerablemente altivo y arrogante, con tendencias sádicas  y paranoides. Pero por sobre todo, busca entonces admiración incondicional, aún cuando no la merece. Está preocupado con el pensamiento mágico, fantástico, y sueña despierto. En esta etapa tiende a explotar a otros, a envidiarlos, y suele ser explosivo.

La principal función de ese narcisismo secundario reactivo y transitorio es alentar al individuo a engancharse al pensamiento mágico, a desear que el problema desaparezca como por encanto, o a tomar el problema y superarlo desde una posición de omnipotencia.

Un desorden de personalidad aparece solo cuando los repetidos ataques al obstáculo fallan-especialmente si esta falla recurrente ocurre en las etapas formativas (0-6 años de edad). El contraste entre el mundo fantástico (temporario) ocupado por el individuo y el mundo real en el cual sigue siendo frustrado (la brecha de "grandiosidad") es demasiado acentuada para tolerarla por demasiado tiempo. La discordancia da lugar a la "decisión" inconsciente de continuar viviendo en el mundo de fantasía, grandiosidad y merecimiento.


La dinámica del narcisismo.

Mecanismos de defensa primitivos.

El narcisismo es un mecanismo de defensa relacionado con los mecanismos de defensa disociativos. El Narcisista falla en reconocer otras personas, situaciones o entidades (partidos políticos, países, razas, su lugar de trabajo) como un compuesto de buenos y malos elementos. O bien idealiza el objeto o lo devalúa. El objeto es o bien totalmente bueno, o bien totalmente malo. Los atributos malos son siempre proyectados, desplazados o en todo caso externalizados. Los atributos buenos son internalizados con vistas a sostener los inflados (grandiosos) conceptos sobre sí mismo y sus grandiosas fantasías, y para evitar el dolor de la desilusión y de la erosión de los conceptos sobre sí mismo.

El narcisista persigue provisión narcisista (atención, tanto positiva como negativa) y la utiliza para regular su fluctuante sentido del valor personal.


La familia disfuncional

Las investigaciones muestran que la mayoría de los narcisistas nacen dentro de familias disfuncionales. Esas familias están caracterizadas por negaciones masivas, tanto internas ("no tienes un problema real, lo estás inventando") como externas ("nunca tienes que contarle los secretos de la familia a nadie"). El abuso en todas sus formas no es inusual en esas familias. Suelen promover la excelencia pero solo como un medio para lograr un fin narcisista. Los padres son usualmente ellos mismos necesitados emocionalmente e inmaduros, así como narcisistas y por lo tanto incapaces de reconocer o respetar los emergentes límites del niño y sus necesidades emocionales. Esto a menudo lleva a socialización parcial o defectuosa y a problemas con la identidad sexual.


El asunto de la separación y la individuación

De acuerdo a las teorías psicodinámicas del desarrollo personal, ambos padres (objetos primarios) pero más específicamente las madres son los primeros agentes socializadores. Es a través de la madre que el niño explora las más importantes cuestiones, las respuestas a través de las cuales va a moldear su vida entera. Más tarde, ella es el objeto de sus nacientes deseos sexuales (si el niño es varón) - un deseo difuso de fundirse con ella tanto físicamente como espiritualmente. Este objeto de amor es idealizado e internalizado y se vuelve parte de nuestra conciencia (el superego o superyo en el modelo psicoanalítico). 

Crecer entraña la separación gradual de la madre y la redirección de la atracción sexual hacia otros objetos, socialmente apropiados. Estas son las claves para una exploración independiente del mundo, para la autonomía personal y para un fuerte sentido de uno mismo. Si alguna de estas fases es distorsionada, (a veces por la propia madre, que se resiste a "dejar ir" ) el proceso de diferenciación o separación - individuación no se completa satisfactoriamente, la autonomía y un sentido coherente de sí mismo no se alcanzan y la persona se caracteriza por su dependencia e inmadurez.

No es de ningún modo aceptado que los niños pasan por una fase de separación de sus padres y por la consecuente individuación. Académicos como Daniel Stern en su libro "El mundo interpersonal del infante" (1985) concluye que los niños se poseen a sí mismos y que están separados de sus padres desde el comienzo.


Traumas en la niñez y el desarrollo de la personalidad narcisista

Abuso y traumas en la niñez temprana despiertan estrategias de cooperación y mecanismos de defensa, incluido el narcisismo. Una de las estrategias de cooperación es volverse hacia adentro, para buscar gratificación en una fuente segura, confiable y disponible permanentemente: uno mismo. El niño, temeroso de más rechazo y abuso, se abstiene de la interacción con otros y se refugia en sus grandiosas fantasías de ser amado y auto-suficiente. El daño repetido puede llevar al desarrollo de una personalidad narcisista.


Escuelas de Pensamiento

Freud versus Jung

Sigmund Freud (1856-1939) es reconocido por la primera teoría coherente sobre narcisismo. Él describió transiciones entre la libido dirigida hacia el sujeto y la libido dirigida hacia el objeto a través de la intermediación de los padres.  Para ser saludable y funcional, esta transición debe ser suave y sin perturbaciones; de otro modo, se producen neurosis. Por lo tanto, si un niño falla en atraer el amor de sus objetos deseados (por ejemplo, sus padres), regresa a su fase narcisista.

La primera aparición del narcisismo es adaptativa, en cuanto entrena al niño a amar un objeto disponible (él mismo) y sentirse gratificado. Pero regresar desde una etapa posterior a la fase de narcisismo secundario es mal adaptativo. Es una indicación de falla para que la libido sea dirigida hacia los blancos "correctos" (hacia objetos, tales como los padres del niño).

Si este patrón de regresión persiste, se forma una "neurosis narcisista". El narcisista se estimula a sí mismo habitualmente para obtener placer y gratificación. El narcisista prefiere la fantasía a la realidad, un grandioso concepto de sí mismo a una apreciación realista, masturbación y fantasías sexuales al sexo adulto y maduro y la ensoñación a los logros de la vida real.

Carl Gustav Jung (1875-1961) describió a la psiquis como un repositorio de arquetipos (representaciones conscientes de comportamientos adaptativos). Las fantasías son una manera de acceder a estos arquetipos y liberarlos. En la psicología jungiana, las regresiones son procesos compensatorios dirigidos a mejorar la adaptación, no métodos para obtener o asegurar una constante corriente de gratificación.

Freud y Jung tampoco están de acuerdo con respecto a la introversión. La introversión es indispensable para el narcisismo, mientras que la extroversión es una condición necesaria para que la orientación se dé hacia un objeto libidinal. Freud interpreta a la introversión como un instrumento al servicio de una patología. Jung, en cambio, interpreta a la introversión como una herramienta útil al servicio de la inacabable búsqueda de la psiquis para encontrar estrategias de adaptación (siendo el narcisismo una de esas estrategias).

Sin embargo, incluso Jung reconoció que la necesidad de una nueva estrategia de adaptación significa que la adaptación ha fallado. Por lo que aunque la introversión en sí no es patológica, el uso que se le puede dar sí puede ser patológico.

Jung distinguió introvertidos (aquellos que habitualmente se concentran en sí mismos más que en objetos exteriores) de extrovertidos (lo opuesto). La introversión es considerada una función normal y natural en la niñez, y se mantiene normal y natural aún si domina posteriormente la vida mental. Para Jung, el narcisismo patológico es una cuestión de grados: es exclusivo y lo invade todo.


El enfoque de Kohut

Heinz Kohut dijo que el narcisismo patológico no es el resultado de excesivo narcisismo, libido o agresión. Es el resultado de (auto) estructuras narcisistas defectuosas, deformadas o incompletas. Kohut postuló la existencia de construcciones básicas,  a las que denominó: el Yo Grandioso Exhibicionista y la Imagen Parental Idealizada. Los niños imaginan nociones de grandeza (grandiosidad primitiva o inocente) entremezcladas con pensamiento mágico, sentimientos de omnipotencia y omnisciencia y la creencia en la inmunidad hacia las consecuencias de sus acciones. Estos elementos y los sentimientos del niño hacia sus padres (los cuales son también pintados con un pincel de omnipotencia y grandiosidad) se reúnen y forman estas construcciones.

Los sentimientos del niño hacia sus padres son reacciones hacia las respuestas de estos (afirmación, regulación, modulación o desaprobación, castigo, e incluso abuso). Las respuestas de los padres ayudan a que el niño mantenga estas auto-estructuras. Sin las respuestas apropiadas la grandiosidad, por ejemplo, no puede ser transformada en ideales y ambiciones adultos.

Para Kohut, la grandiosidad y la idealización son mecanismos de desarrollo positivos de la niñez. Aún su reaparición en la transferencia no debería ser considerada una regresión narcisista patológica.

Kohut dice que el narcisismo (el amor por sí mismo, por el propio sujeto) y el amor hacia los otros, hacia un objeto coexisten e interactúan a lo largo de la vida. El está de acuerdo con Freud en que las neurosis son conjunciones de mecanismos de defensa, formaciones (psíquicas), síntomas y conflictos inconscientes. Pero él identificó una completa clase nueva de desórdenes: los desórdenes del yo. Estos son el resultado del desarrollo perturbado del narcisismo.

Los desórdenes del yo son el resultado de traumas infantiles de no ser "visto" o de ser considerado una "extensión" de los padres, un mero instrumento de gratificación.  Esos niños se desarrollan como adultos que no están seguros de si realmente existen (les falta un sentido de auto-continuidad) o si tienen derecho a algo (les falta un sentido estable de su propio valor, o de su auto-estima).


Las contribuciones de Karen Horney

Horney dijo que la personalidad es moldeada por factores ambientales, sociales o culturales. Creía que la gente, los niños, necesitan sentirse seguros, sentirse amados, protegidos, nutridos emocionalmente, y demás. Indicó que la ansiedad es una reacción primaria a la dependencia del niño por sus padres para su supervivencia. Los niños no tienen certezas (de amor, protección, alimento) por lo cual se vuelven ansiosos.

Las defensas como el narcisismo son desarrolladas para compensar la intolerable y gradual comprensión de que los adultos son meramente humanos: caprichosos, injustos, impredecibles, y que no se puede depender de ellos. Las defensas proveen tanto satisfacción como sensación de seguridad.


Otto Kernberg

Otto Kernberg (1975, 1984, 1987) es un miembro veterano de la Escuela de Relaciones Objetales en Psicología (de la cual también formaran parte Kohut, Klein y Winnicott).
Kernberg considera artificial la división entre Libido Objetal (dirigida a un objeto) y Libido Narcisista (dirigida hacia sí mismo). Si el niño desarrolla una forma normal o patológica de narcisismo depende de las relaciones entre las representaciones del yo (la imagen de sí mismo que el niño forma en su mente) y las representaciones de objetos (las imágenes de otra gente que el niño forma en su mente). También depende de la relación entre las representaciones del yo y de objetos reales. El desarrollo de narcisismo patológico también está determinado por conflictos instintivos relacionados tanto con la libido como con la agresión.

El concepto del Yo de Kernberg está cercanamente relacionado con el concepto de Ego de Freud. El Yo depende del inconsciente, el cual ejerce constante influencia sobre todas las funciones mentales. El narcisismo patológico, por lo tanto, refleja una inversión libidinal en una estructura patológica del Yo y no en una estructura normal, integradora del Yo. el narcisista sufre desde un Yo que está devaluado o fijado en la agresión.

Todas las relaciones objetales de ese Yo patológico están separadas de los objetos reales (porque a menudo lastiman y causan heridas narcisistas) e involucran disociación, represión o proyección sobre otros objetos. El narcisismo no es meramente una fijación en estadio de desarrollo temprano. No está confinado a la falla en desarrollar estructuras intrapsíquicas. Es una inversión activa, libidinal en una estructura deformada del Yo.




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2 comentarios:

  1. interesante todo lo que habeis mencionado, es importante nunca perder los origenes y mas aun nunca dejar de filosofar sobre patalogias comunes

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  2. Gracias por leer el blog y por tu comentario.

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